Nikola Tesla encabezó, junto con su antiguo jefe, Thomas Alba Edison, una de las batallas más grandes de la ciencia titulada "La Guerra de las Corrientes "(Corriente Directa DC vs Corriente Alterna) AC en donde ambos expresaban sus mejores argumentos para utilizar su mecanismo en la temprana distribución de la electricidad en Estados Unidos de América. Nikola Tesla, subestimado por Edison, era ignorado e insultado por sus ideas revolucionarias cuando trabajaba en la "Continental Edison Company". Al final de la guerra los mecanismos de Corriente Directa, propuestos por Edison, se tornaron obsoletos y los generadores AC comenzaron su auge, manteniéndose en la actualidad. Ambos científicos rechazaron su nombramiento al Nobel de Física por sus aportaciones a la creación de la Radio al saber que compartirían en nombramiento, resultando Marconi el único poseedor del distinguido premio.
Si bien, las aportaciones científicas de Tesla han sido numerosas, su mayor obra de ingeniería es el Wardenclyffe (imagen izquierda). Un invento incompleto que, quizás, sale de la percepción e imaginación de cualquiera lector (incluyéndome) y que raya en la fantasía. Su propósito consistía en generar energía que se transmitiría a través de la ionósfora (espacio terrestre que transporta energía) y que llegaría a un receptor que transformaría la energía. Si éste invento hubiese llegado a concretarse, no requeriríamos de cables para transmitir la energía y cualquiera podría hacerse de ella. La comunicación (internet, radio, teléfono) sería ilimitada y los adelantos tecnológicos de la actualidad serían obsoletos. Sin embargo, son palabras grandes para una sola persona que carecía de amistades y de financiamiento. El Wardenclyffe nunca llegó a utilizarse para su propósito y ahora cumple su papel como elemento recurrente en cómics y novelas de ciencia-ficción.
Finalmente, no se me ocurre una mejor manera de concluir éste artículo que con la anécdota que el mismo Tesla le contó personalmente a John O'Neil, un historiador que abordó su vida.
Nikola Tesla había alimentado pichones por años. Entre ellos, existía un pichón hembra que sobresalía de las demás y que solía seguir al científico a todos lados y Tesla no pudo evitar encariñarse con ella. Como él le expresó a O'Neil "Sí, amé a ese pichón, la amé como un hombre ama a una mujer, y ella me amaba también"; Nikola Tesla cuidaba y procuraba a la pequeña, cuando ella se enfermaba él mismo la curaba.
Una noche, él yacía en su cama acostado y un ave se aproximó a su ventana para luego llamar su atención tocando su ventana. Tesla sabía la noticia con anticipación: ella estaba muriendo. "Y así, cuando recibí su mensaje, vino una luz de sus ojos, una luz segadora y danzante, más poderosa que cualquiera producida en mi laboratorio". El pichón había muerto y sabía que algo se había ido de su vida...pero también sabía que su trabajo permanecería para siempre en la historia del hombre.
Espero que hayan compartido conmigo el interés y curiosidad por éste gran científico queridos y ávidos lectores del Uróboro de Kekulé. A continuación les dejo un vídeo que resume la vida de Nikola Tesla brindándole, además, un toque Hollywoodense que conmoverá al más ecuánime. ¡Hasta la próxima!